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Hippeastrum vittatum


Amarilis

Las numerosas especies de Hippeastrum que crecen en condiciones ambientales extremadamente variadas. Muchas especies provienen de sotobosques, mientras que otras crecen a pleno sol.

Ciertas variedades crecen en zonas inundables y otras en zonas secas.

Diferentes especies han sido cultivadas intensamente por la belleza y tamaño de sus flores lo que ha originado numerosos híbridos y variedades especialmente con las especies originarias de Brasil, Bolivia y Perú.

La ausencia de fragancia es la regla en la gran mayoría de los cultivares modernos de Hippeastrum.

La presencia de fragancia aparentemente está genéticamente asociada con el color de flor blanco o los tonos pastel.

Las especies y cultivares comerciales del género Hippeastrum son plantas ornamentales muy apreciadas que se caracterizan por tener flores grandes de llamativos colores (rojo, rosa, salmón, naranja y blanco).

Las Amarilis tienen un lugar muy importante dentro de la floricultura comercial en su empleo para la venta de flor cortada o flor de maceta.

Además, por el alto contenido de alcaloides algunas especies de este género son usadas en la industria farmacéutica.

Los distintos cultivares de Hippeastrum son, entre las diferentes especies de plantas bulbosas, los que mejor se adaptan al cultivo en maceta en el interior de los hogares.

Puede florecer año tras año, siempre que se respete un periodo de reposo de unos 2 meses, manteniendo los bulbos sin riego ni abono alguno, guardados en un lugar fresco y oscuro.


Requerimientos para su cultivo:

Es una especie que necesita mucha luz para crecer vigorosamente y que es sensible al frío, sólo se puede cultivar a la intemperie en sitios con inviernos moderados.

El riego se debe interrumpir completamente cuando se marchitan las hojas.



De ese modo, se le provee a la planta un período de reposo imprescindible para asegurar la próxima floración.

En el período de crecimiento activo (durante la emisión de hojas y floración) se puede abonar cada 10 a 15 días con fertilizantes comunes adicionados con hierro y magnesio.

Numerosas plagas pueden afectar a estas especies, tales como trips, ácaros, cochinillas, etc..


Cultivo en maceta:

los bulbos se compran en otoño y se plantan en macetas sólo un poco más grandes que la circunferencia del bulbo, de forma que quede enterrado en dos tercios de su longitud.

El sustrato recomendado es turba, arena y humus en partes iguales, en el mercado se puede encontrar sustrato adecuado para el cultivo de bolbos.

Después de la plantación se coloca la maceta en un lugar cálido, puesto que para la brotación necesita calor (alrededor de 20ºC). Se debe regar con moderación, evitando encharcamientos.



Los bulbos tardan aproximadamente dos meses en florecer. Cuando la planta emite la vara que lleva las flores necesita un emplazamiento luminoso.

Si los bulbos permanecen siempre en el mismo contenedor se debe cambiar a uno mayos cada 3 ó 4 años.

En invierno es conveniente trasladar las macetas a un lugar fresco, la temperatura óptima es de 13ºC y un mínimo de 4ºC.

Durante 8 a 10 semanas deben permanecer a esa temperatura con riegos reducidos y sin fertilización, para inducir un reposo anual.

Al final de éste período se cortan las hojas remanentes a unos 10 cm del cuello del bulbo y se comienza a regar y a fertilizar como si fuera un bulbo recién comprado.





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